martes, 27 de abril de 2010

trafico de organos a nivel mundial

El tráfico de órganos consiste en el transporte y cesión de órganos con el fin de obtener un beneficio económico. Esta actividad se considera ilegal en gran parte del mundo. En las últimas décadas defensores de los derechos humanos han denunciado casos de presunto tráfico de órganos en China y otros países, como la antigua Yugoslavia y Mozambique. El tráfico de órganos es también el tema de una popular leyenda urbana.

Existen pruebas de que en China se extraen habitualmente órganos a los presos condenados a muerte, con o sin su consentimiento. El disidente chino Harry Wu y la Laogai Research Foundation acusan al gobierno chino de promover acusaciones y condenas espurias con miras a mantener un mercado próspero de tráfico de órganos. Un informe de Michael E. Parmly apoya estas denuncias, precisando que los órganos de los condenados van a parar a personas adineradas de China y el extranjero. La ONG Human Rights Watch asegura que se obliga a los presos a firmar las autorizaciones.Portavoces del gobierno chino han admitido que en los hospitales del país se utilizan órganos procedentes de condenados a muerte, pero afirman que sólo en unos pocos casos y siempre con el consentimiento expreso de los presos. El 6 de abril de 2007, el gobierno chino aprobó una ley que prohíbe el tráfico de órganos y establece como requisito indispensable para la extracción que el donante ceda voluntariamente sus órganos.

La situación denunciada en China guarda una similitud sorprendente con un relato de 1967 del escritor de ciencia ficción Larry Niven, titulado «The Jig-Saw Man» («El rompecabezas humano»). Niven presenta un futuro en el que a los condenados a muerte se les obliga a donar todos sus órganos, compensando así la deuda contraída con la sociedad. La demanda creciente de órganos lleva a los legisladores a extender la pena de muerte a cada vez más supuestos.

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